La lista de la compra

La lista de la compra
Per Rosana Ferrero

Últimamente se ha levantado un tímido revuelo alrededor de una campaña contra las marcas blancas. Y digo tímido porque creo que todavía no ha alcanzado su punto álgido, aunque también es muy posible que se quede como está. Eso lo decidirá el tiempo y las consecuencias.


Aunque ya hace algunos años que tiramos de este tipo de productos porque son más económicos, hay mucha gente que está empezando a conocer el auténtico significado de este concepto debido a una estrategia comercial que uno de los supermercados más emblemáticos del país ha puesto en marcha. Sin dar demasiados datos incidiré únicamente en sus raíces valencianas.


Hasta donde alcanza lo que yo sé, los responsables de la cadena han decidido eliminar más de 1.200 productos de marca propia de su surtido para potenciar los suyos de marca blanca. Otros 800 están sometidos a revisión. Desconozco el criterio exacto que define la continuidad del producto en sí, pero me decanto por un aspecto relacionado con los márgenes generados. Con esto ¿están teniendo en cuenta las preferencias de sus clientes?


Personalmente opino que para que esta operación les sea realmente rentable tendrán que vender muchos, muchísimos ambientadores y bayetas de Bosque Verde y toneladas de jamón york de Hacendado y considero arriesgadísimo acotar las opciones de compra de aquellos que visiten sus establecimientos. Tras un alud de quejas la compañía ya ha tenido que devolver a sus estanterías más de 100 productos que había retirado. Y esto parece solo el principio.


En la otra esquina del ring tenemos al consumidor, hastiado y motivado por la hipnosis publicitaria. Siempre movido por el precio, puede encontrar una solución perfecta para su carrera hacia el final de mes pero, ¿interpretará como una imposición el habérsele negado el placer de la libre elección? Este podría ser el detonante de un rechazo generalizado ante esta nueva tendencia comercial. O tal vez no. La condición humana tiene más misterios de los que Indiana Jones podría resolver si le otorgaran media docena de vidas.


El caso es que algunas cadenas televisivas han iniciado sus peculiares campañas en contra de esta nueva moda de la supremacía de las marcas blancas. Lógico, la mayoría de los ingresos de estas cadenas se deben a la publicidad ¿y tú has visto algún anuncio de la crema facial Deliplus? Sin embargo hay quien asegura que el consumo de marcas blancas genera empleo porque los fabricantes son los mismos y esto hace que la producción aumente, ya que el ciclo de vida del producto en las estanterías es mucho más corto por su bajo precio y por lo tanto directamente proporcional a la demanda generada. Dicho de otro modo: a más barato más se vende, más se pide al fabricante y por lo tanto, más trabajo.


Lo que hay que tener claro es que el consumidor es quien elige donde comprar, no es el supermercado quien elige a sus adeptos. Como decía aquella frase tan popular: “busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo”.